La televisión de un país indudablemente es el reflejo de ese país. Es la vidriera donde se muestran los productos que se venden en ese país.
Que Marcelo Tinelli, galardonado hace años en España igual que Berugo Carámbula (frustrado por una penosa enfermedad) como el mejor animador de Iberoamérica, con una productora millonaria, un despliegue de ballet, grandes bailarinas y bailarines, talentosos especialistas en espectáculo (Aníbal Pachano, Reina Reech y Carmen Barbieri), los mejores coreógrafos populares de la Argentina y actores cómicos de gran talento, convierta su programa en un “cachivache”, no es sólo su culpa.
Porque Tinelli no tiene la culpa de no tener competencia. No tiene la culpa de que millones de argentinos disfruten viendo cómo se pelea un boxeador de poca jerarquía con un millonario que no tuvo ningún talento para producir un peso.
No tiene la culpa de que a “la gente”, como últimamente se le llama al público, le gusten las peleas de alcoba o las agresiones que rozan lo morboso.
Es más, Tinelli, con gran olfato comercial, detectó lo que a la gente le gusta, desde que lo impuso Mauro Viale durante el menemismo, y “pone en escena”, como la mejor ficción y perfecciona esa morbosidad.
Pero lo grave no es que Tinelli, que da para mucho más personalmente y económicamente, haga lo que hace y el rating lo beneficie. Lo grave es que a cualquier hora del día, en todos los canales, uno tenga que ver las repeticiones y repercusiones, a veces sobredimensionadas de ese conventillo (con perdón de los conventillos).
Si mira canal 9, hoy oficialista, por la noche, en el programa "Bendita Tv" o en "Duro de domar" igual que "TVR" se dedican a Tinelli. Por la tarde, Viviana Canosa hace lo propio.
Si mira el Canal América del opositor grupo Vila-Manzano-De Narváez por la tarde, ve a Mirtha Legrand, "Infama", "RSM" o Jorge Rial dedicándose íntegramente a Marcelo Tinelli, Fort, y Cía. O a veces a cosas más denigrantes.
Si mira el propio Canal 13, ve las repercusiones de los conflictos ficticios creados por Tinelli en programas producidos por él mismo o por Chiche Geblung.
El ex movilero de José María Muñoz descubrió lo que el público de la TV consume y dijo: “Ah, Rial y Canosa le ganan al 13 a la tarde. Ahora van a ver”. Y les puso un programa igual, hasta en los fines de semana.
Canal 7 se ocupa de hacer lo mismo, con "6,7,8" y Telefé también alude al tema con "Zapping".
Hasta en los informativos repercute lo que produce el animador oriundo de Bolivar y lo que es peor en los diarios y las radios. Ni qué hablar de los portales de Internet.
El problema no es Tinelli, el problema es que “la gente” consume Tinelli y la competencia no tiene nada mejor para ofrecerle.
Nunca creímos que todo tiempo pasado fuera mejor. Pero ¿ustedes no extrañan a Mancera, Coire, Thorry, Soldán, Larrea, Simons, Percivalle, Mareco, Biondi, Verdaguer, Mesa, Tato y hasta Olmedo?
Que Marcelo Tinelli, galardonado hace años en España igual que Berugo Carámbula (frustrado por una penosa enfermedad) como el mejor animador de Iberoamérica, con una productora millonaria, un despliegue de ballet, grandes bailarinas y bailarines, talentosos especialistas en espectáculo (Aníbal Pachano, Reina Reech y Carmen Barbieri), los mejores coreógrafos populares de la Argentina y actores cómicos de gran talento, convierta su programa en un “cachivache”, no es sólo su culpa.
Porque Tinelli no tiene la culpa de no tener competencia. No tiene la culpa de que millones de argentinos disfruten viendo cómo se pelea un boxeador de poca jerarquía con un millonario que no tuvo ningún talento para producir un peso.
No tiene la culpa de que a “la gente”, como últimamente se le llama al público, le gusten las peleas de alcoba o las agresiones que rozan lo morboso.
Es más, Tinelli, con gran olfato comercial, detectó lo que a la gente le gusta, desde que lo impuso Mauro Viale durante el menemismo, y “pone en escena”, como la mejor ficción y perfecciona esa morbosidad.
Pero lo grave no es que Tinelli, que da para mucho más personalmente y económicamente, haga lo que hace y el rating lo beneficie. Lo grave es que a cualquier hora del día, en todos los canales, uno tenga que ver las repeticiones y repercusiones, a veces sobredimensionadas de ese conventillo (con perdón de los conventillos).
Si mira canal 9, hoy oficialista, por la noche, en el programa "Bendita Tv" o en "Duro de domar" igual que "TVR" se dedican a Tinelli. Por la tarde, Viviana Canosa hace lo propio.
Si mira el Canal América del opositor grupo Vila-Manzano-De Narváez por la tarde, ve a Mirtha Legrand, "Infama", "RSM" o Jorge Rial dedicándose íntegramente a Marcelo Tinelli, Fort, y Cía. O a veces a cosas más denigrantes.
Si mira el propio Canal 13, ve las repercusiones de los conflictos ficticios creados por Tinelli en programas producidos por él mismo o por Chiche Geblung.
El ex movilero de José María Muñoz descubrió lo que el público de la TV consume y dijo: “Ah, Rial y Canosa le ganan al 13 a la tarde. Ahora van a ver”. Y les puso un programa igual, hasta en los fines de semana.
Canal 7 se ocupa de hacer lo mismo, con "6,7,8" y Telefé también alude al tema con "Zapping".
Hasta en los informativos repercute lo que produce el animador oriundo de Bolivar y lo que es peor en los diarios y las radios. Ni qué hablar de los portales de Internet.
El problema no es Tinelli, el problema es que “la gente” consume Tinelli y la competencia no tiene nada mejor para ofrecerle.
Nunca creímos que todo tiempo pasado fuera mejor. Pero ¿ustedes no extrañan a Mancera, Coire, Thorry, Soldán, Larrea, Simons, Percivalle, Mareco, Biondi, Verdaguer, Mesa, Tato y hasta Olmedo?