El STIA sigue adelante con su plan de lucha
El gremio de la alimentación reclama un básico de $ 3.200 y continúa con paros de 4 horas por turno. Los empleados de comercio adelantaron que pedirán $ 3.000.

El Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), continuó durante toda la semana pasada con su plan de lucha y el día jueves los trabajadores de la empresa Georgalos se plegaron al paro nacional dispuesto por la Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación, y  realizaron durante toda la jornada una ruidosa manifestación en la puerta de la planta fabril que, corte de la ruta 9 mediante, concluyó bien entrada la noche. En tanto, este viernes retomaron los ceses de tareas de 4 horas por turno, con movilizaciones en las principales ciudades, como Córdoba y San Luis.
El gremio, que nuclea a 80.000 trabajadores, volvió a criticar al “sector empresario por su intransigencia” e insistió en su reclamo de “llevar el salario inicial a 3.200 pesos”. El fundamento es que el valor de la canasta familiar hoy es de $ 4.000 mensuales. El gremio denunció ante la Dirección Nacional de Relaciones del Trabajo que la Federación Industrial de Productos Alimenticios y Afines (Fipaa) muestra una “incuestionable voluntad disociadora” que afecta los derechos de la Ftia por lo que dispuso intensificar las medidas de fuerza.
El representante del STIA Río Segundo, Miguel Carranza, informó a FM Grande 87.9 que “la cámara empresaria oferta alrededor de un 24 o 25 por ciento en tres cuotas y para nosotros es insuficiente, ya que los trabajadores necesitan un salario inicial de 3.200 pesos para hacer frente a la canasta familiar”. “Hoy un trabajador de la alimentación recibe como salario inicial 2.100 pesos y eso no le alcanza ni remotamente para darle de comer a su familia”, añadió.
El Gobierno nacional enfrenta días críticos para intentar encarrilar las paritarias de los sectores de alimentación y comercio, con el doble desafío de evitar que se dispare la pauta salarial por encima del 30% y a la par impedir la profundización de los conflictos, como los que desde hace 10 días mantienen paralizada la producción en las principales fábricas de alimentos del país.
El Ministerio de Trabajo intentó a través de la conciliación obligatoria reunir a los representantes de la Federación gremial y la cámara empresaria de la actividad para intentar acercar posiciones y comprometer a las partes en un acuerdo de paz social que evite la profundización de las medidas de fuerza. Sin embargo, fuentes oficiales reconocen que son muy amplias las diferencias entre el pedido sindical, que reclama elevar de $ 2.100 a $ 3.200 el sueldo básico de la actividad y un aumento proporcional para el resto de las categorías, y la oferta empresaria de una suba escalonada de 24%, lo que complica los planes del Gobierno de lograr un entendimiento.
El titular del sindicato bonaerense del sector, Rodolfo Daer, advirtió que si en el transcurso de la semana no se producen avances que contemplen el reclamo gremial “el conflicto se profundiza y se potenciará”. “Esperemos que faciliten un entendimiento porque las necesidades de los trabajadores están más que justificadas, y no se está pidiendo ningún imposible solo lo necesario para vivir en condiciones básicas”, añadió.
Más allá de la inquietud que genera el creciente nivel de conflictividad en la alimentación, la principal preocupación del Gobierno se vincula con el impacto que podría tener sobre el conjunto de las paritarias la proporción del aumento que reclama el gremio, que calculado sobre el salario básico ronda el 50%.
El panorama parece complicar cada vez más el afán del gobierno por contener los reclamos porque además el gremio de empleados de comercio, que lidera Armando Cavalieri, anticipó que desde esta semana irá también por un piso salarial de $ 3000 para cerca de un millón de trabajadores de la actividad, lo que representa un incremento superior al 40%.
Si ambos sindicatos consiguen los aumentos que reclaman, se complicarán las pretensiones del Gobierno de garantizar un techo de 25% para la recomposición salarial de 2010. Especialmente porque las subas pedidas en alimentación y comercio podrían funcionar como casos testigo para las negociaciones que comenzarán en los próximos días en otras dos actividades claves como gastronómicos y construcción.
Por su parte el dirigente del STIA Córdoba, Héctor Morcillo, insistió en que la canasta familiar hoy ronda los $ 4.000. "Ganar menos de $ 3.200 mensual es estar bajo la línea de pobreza", dijo.
El sector empresario reclamó al Ministerio extender la conciliación obligatoria, alegando que el reclamo de $ 3.200 implica una suba de más del 40% sobre los básicos actuales, muy por encima de los acuerdos que se alcanzaron en los últimos convenios, como Bancarios o Metalúrgicos.
Morcillo destacó que hay "mucha bronca entre los trabajadores", que las empresas de la alimentación son las que más aumentaron los precios en los últimos meses y tienen ganancias extraordinarias.