jueves, 18 de marzo de 2010

Nueva apuesta oficial: reservas para las provincias

Por: Gustavo Sylvestre (Periodista)

La dirigencia política argentina esta empantanada y ha ingresado en un terreno peligroso, del cual no sabe como salir debido a la judicialización de la política.

Lo que antes era moneda corriente entre los dirigentes, el dialogo, la búsqueda de una negociación política, se ha perdido; y se ha suplantado por recurrir a la justicia ante la menor medida que no le gusta al oficialismo o a la oposición, y la “sed de venganza”, pareciera regir en algunos estamentos de la oposición.

En un aspecto, los dirigentes se parecen a la guerra de vedettes, o de las estrellas del mundo del espectáculo, que han instaurado en los últimos tiempos resolver todo en la justicia. Lo único que les falta a los políticos ahora es reclamar, como lo hacen las vedettes, el “bozal” jurídico, es decir “que no me nombren”.

Muchos legisladores de la oposición están actuando con sed de venganza, y están copiando los mismos métodos que durante años le han criticado al kirchnerismo: la falta de diálogo, la imposición, el “lo hago porque tengo el número”.

El kirchnerismo rompió desde hace años la lógica de la negociación política. Se basó en la imposición y detestó la palabra diálogo o negociación. Pero la oposición, que busca ser alternativa de poder, está actuando de la misma manera.

Raúl Alfonsín, un negociador nato, se fue de este mundo amargado con lo que le tocaba vivir en sus últimos años de vida: la ausencia de diálogo entre los dirigentes políticos y de negociación. Muy lejos quedaron aquellos memorables cruces entre Jaroslavsky y Manzano, la muñeca política de Juan Carlos Pugliese; las negociaciones de Eduardo Bauzá; el radical Rafael Pascual. Todos tenían sus convicciones y las peleas eran fuertes, pero la sangre nunca llegaba al río. Ninguno de ellos recurrió a la vía judicial para dirimir diferencias políticas.

Los políticos de la actualidad están “empantanados” y la gente los castiga por igual. Las últimas encuestas reflejan el impacto negativo de esta pelea constante: la mayoría de los dirigentes de la oposición que han estado jugando fuerte en el parlamento, cayeron en la consideración pública. Y se corre el peor riesgo: que el parlamento quede paralizado por esta guerra judicial.

Paralelamente, y llamativamente, no está en la agenda ni de opositores ni de oficialistas, los temas de la gente: no hay proyectos para tratar la inseguridad; la suba de precios o sobre cómo generamos más empleo.

La oposición le ha cuestionado, y con cierta razón, al kirchnerismo por haber actuado estos años obviándolos. El oficialismo “añora” ahora al “negociador” Ernesto Sanz en el Senado, que fue reemplazado por Gerardo Morales, y carga sobre los senadores Adolfo Rodríguez Saá y Juan carlos Romero, quienes llevan adelante la estrategia de la oposición, de no respetar las proporcionalidades en las Comisiones del Senado, o de no imitar el acuerdo político que se dio en la Cámara de Senadores. “Sólo quieren hacer daño” dice un oficialista, que busca por estas horas destrabar conflictos.

El Gobierno, mientras tanto, gana tiempo. El martes a la noche, en forma reservada, la Presidenta recibió en la Rosada a los Senadores Pichetto y Nicolás Fernández. Con ellos evaluó alternativas al famoso DNU sobre el uso de las reservas. Se analiza la posibilidad que un mismo proyecto contemple el pago de los vencimientos de la deuda con reservas, y al mismo tiempo que se atienda las necesidades financieras de las provincias.

En este aspecto, hay dos ideas: una propone condonar el 50% de las deudas provinciales, otra es la de destinar u$s 2.000 millones de las reservas para atender las necesidades fiscales de las Provincias.

Estas ideas serían superadoras al proyecto Verna, y saldrían al cruce del proyecto de la oposición de coparticipar el impuesto al cheque.

Sería una buena medida del Gobierno olvidar los DNU, que intentaron pasar por arriba el debate parlamentario, el envío urgente del proyecto de ley y que se de un debate adulto sobre el tema de fondo que paraliza desde enero la política argentina: el uso de reservas, para que si, para que no.

Los legisladores del oficialismo se sorprendieron el martes último: la Presidenta, en un gesto poco habitual, los invitó el próximo sábado a almorzar en Olivos. Se entiende que les “va a bajar línea” sobre lo que se viene, no solamente en materia parlamentarias, sino en los próximos pasos del Gobierno Nacional. A todo esto la política con “mayúsculas”, espera ansiosa que vuelva a ser recuperada en el debate parlamentario.

       

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su opinión