La campaña política despierta poco entusiasmo en la ciudad

A poco menos de veinte días de las elecciones legislativas nacionales, el panorama político en la ciudad no refleja el más mínimo entusiasmo en la población, a excepción de los militantes políticos que han limitado su accionar a la pegatina de afiches y reuniones en los locales partidarios.
Los dos peronismos y el radicalismo son los que más fuerte han pisado en la ciudad. Lo hacen de la mano de la publicidad y del aparato oficial, ya que los tres están en el Gobierno y cuentan con los recursos humanos y materiales del Estado para hacer campaña.
De los cuatro partidos o coaliciones políticas con mayores posibilidades de éxito electoral en los próximos comicios, solo la Unión Cívica Radical, gobernante en la ciudad, ha realizado un acto público masivo para la presentación de sus candidatos.
En el acto realizado en el club Central días atrás, estuvieron algunos de los principales candidatos de esa agrupación política y la carta fuerte en la ciudad es la figura del actual legislador, Hipólito Faustinelli, quien aspira a lograr una banca en la Cámara Baja nacional, cuyos afiches “decoran” desde hace varios días los postes de las calles céntricas de la ciudad. El oficialismo gobernante también muestra en las calles y rutas de la región un enorme transporte “ploteado” con las imágenes de Mestre, Aguad y Faustinelli.

El peronismo “oficial”, en tanto, ha basado su campaña en la figura del primer candidato a diputado nacional y ex intendente de Oncativo, Francisco Fortuna, sin que se haya podido confirmar si está prevista la presencia antes del acto electoral, del primer candidato a senador Eduardo Mondino. Sostenida por el presidente del partido a nivel local, José Sincovich y el concejal Edgardo Boyero, la campaña se ha limitado a la realización de algunas reuniones sin demasiada convocatoria y a la pegatina de afiches promocionando la candidatura del actual presidente provisional de la Legislatura cordobesa.
El kirchnerismo, en tanto, también ha realizado pegatinas con afiches de Eduardo Acastello y realiza reuniones periódicas en un club de la ciudad que sirve como sede para una organización no gubernamental, basando sus principales pretensiones en lograr el apoyo de aquellos que han recibido créditos de esta agrupación a través del Banco de la Buena Fe, motorizados a través de la ong que preside el dirigente Marcelo Castro.
Por ultimo, la coalición que impulsa al que según las encuestas es quien tiene mas posibilidades de imponerse en esta elección, el Frente Cívico de Luis Juez, no tiene siquiera aun un local partidario, no ha efectuado reuniones de fiscales ni ha realizado pegatinas de afiches. Parece apostar todo a las apariciones mediáticas de su líder.
El Frente Cívico y Social no aparece, casi no hace campaña. Parece montado en una ola de optimismo y tranquilidad, porque cree que la elección ya terminó y que el 28 sólo habrá que cumplir con la formalidad de ir a contar los votos. El frente de Luis Juez apenas si hará campaña los últimos 15 días, pero sólo para afianzar lo que ya logró.
En medio de todo este panorama, se multiplican las promesas de felicidad eterna para después del 28 de junio a cambio del tan codiciado voto, pero sin abundar demasiado en propuestas.
Y la gente se divide en dos grupos: está la mayoría, que mira para otro lado y ni siquiera se interesa por la elección legislativa clave que se dará dentro de dos semanas y media, y también están los otros, los que creen o, mejor dicho, fingen creer que esas promesas algún día se concretarán. Fingen porque saben que la previa de una elección es el único momento para arrancar al menos un compromiso aunque intuyen que muy poco de lo prometido se hará realidad.